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lunes, enero 31, 2005

PULGARCITO



¿Quien de los que han nacido a partir del año en que murió Franco no ha tenido una estantería sobre su cama con ejemplares sueltos de Pulgarcito, Copito y Don Miki, mezclados con figuritas de Mazinger Z, los Pitufos y el Naranjito? Al menos así se presenta en mis recuerdos más lejanos y una de mis publicaciones favoritas era el pequeño semanario Pulgarcito que se vendía a 50 pesetas e incluía además del susodicho Pulgarcito, aventuras de Tom y Jerry, Tete Cohete, Aníbal, Cinco Amiguetes, los Pitufos, Pardo y Pardito, Trotamundo, Lanitas, Erase una vez… el espacio, el Profesor Tragacanto y Bermudillo, el genio del hatillo, entre otros y que hacían las delicias de mis tardes a la vuelta del cole con el bocata de Nocilla y la Mirinda o como complemento a los dibujos del sábado tarde.
El caso es que mientras rebuscaba en mi biblioteca privada me cayo, literalmente, un ejemplar de Pulgarcito en mis manos. Presa de un ataque de morriña me puse a leerlo y entre una cosa y otra acabó siendo el tema de hoy en el weblog ya que consideré necesario resaltar el cómic de Pulgarcito, creado por Jan, el dibujante de Superlópez como una obra a recuperar. ¿Por qué? Pues por que, además de que sus historias son entretenidas y con un valor pedagógico interesante, con unos personajes muy definidos y un dibujo cargado de un realismo que camina entre lo costumbrista y lo caricaturesco, es sobre todo un completo estudio antropológico de la infancia de los años 80. Una infancia en la que nos deleitábamos con los ¡Puños Fuera! De Mazinger Z (Aquí caracterizado como Tachincher X) en la historia titulada Una de robots. Una infancia en la que creíamos en los reyes magos antes que en el invento yanqui de Papá Noel en Los ladrones de Juguetes. Una infancia marcada por el impacto de la trilogía de La Guerra de las Galaxias presente en el robot del Profesor Ogro, una suerte de R2D2…
Año 1981. La Editorial Bruguera se encontraba en este momento en un afán de modernización de sus publicaciones, de la que tampoco se libraría su producto estrella, Pulgarcito, reduciéndola a un formato más pequeño, engomado y con tapas en la que Jan nos ofreció una revisión del clásico de la literatura infantil del cuento de Pulgarcito, actualizando la familia de Pulgarcito a una de clase media de los años 80 en la que la madre es ama de casa y el padre cartero mientras que los hermanos son unos quintillizos rubitos bastante revoltosos. Como novedad se incluye al gato negro Medianoche como un miembro más de la familia y quien acompaña al gato en todas sus aventuras.
Aquí, el mito de Pulgarcito interactúa con otro clásico literario infantil, El jardín del Ogro, el cual (para los que no se acuerden) poseía un fantástico jardín para sí solo y no dejaba jugar a los demás niños. Aquí, aparece caracterizado como el Profesor Ogro, quien aportará el elemento fantástico del tebeo gracias a su máquina de viajar por el tiempo. Tampoco nos olvidemos del contrapunto femenino de Pulgarcito, Trini, hija del Profesor Ogro.
Todos estos personajes dan pie a unas historias que oscilaban entre las lecciones de historia de los viajes realizados en la maquina del tiempo del Profesor Ogro, la reinterpretación de los clásicos de la literatura en los que a veces se permitía el lujo de ironizar sobre ellos al tratarse el propio protagonista un personaje inventado por Charles Perrault, y el costumbrismo. Se publicaron un total de 70 historias que finalizará con El traje nuevo del Emperador, momento en que abandonó el semanario infantil para dedicarse de lleno a su personaje más conocido, Superlópez, mientras su hijo Juanjo trató de continuar las andanzas de pulgarcito con La diadema de Berilos sin demasiada fortuna.
A lo largo de estos tebeos nos encontramos con unos personajes muy bien definidos, con unos rasgos personales que se mantienen durante las sucesivas entregas lo que permitió que pudiéramos conocerlos y apreciarlos tal como son, no por sus aventuras sino por su idiosincrasia y su cercanía a nosotros y las personas de nuestro entorno.
Otro aspecto de los tebeos de Pulgarcito es la imaginación y los aparentemente sencillos guiones en los que se producían constantes remakes de la literatura infantil y juvenil, así como constantes viajes a través del tiempo en los que nuestro pequeño protagonista presenciaba toda suerte de acontecimientos decisivos en la historia y a veces cambiaba el curso de ellos, al estilo de la serie de animación de Las tres mellizas.
Pero la característica más común a todas las historias de Pulgarcito es la atención a los detalles ambientales que forman el pequeño mundo de Pulgarcito y que se podían encontrar en cualquier casa o barrio de nuestra infancia. El piso es modesto, como la clase social a la que pertenecen, situado en un barrio de la periferia, quizás en una pequeña ciudad en la que todo el mundo se conoce. Pero es sobre todo la arquitectura, el mobiliario urbano y los vehículos los aspectos más logrados de este reflejo de la época, ya que son perfectamente reconocibles los modelos de los automóviles que todavía funcionaban con gasolina súper, las persianas metálicas del colmado, la ferretería, etc… Elementos tales como los teléfonos, la televisión, los bancos del parque, las farolas, la plancha, la bombona de butano, el balcón, las tiendas, la ropa, etc…, no están dibujados de forma simple e icónica sino que son perfectas reproducciones caricaturizadas de los objetos de la época. Pero no solo se detenía Jan a plasmar los detalles de la vida cotidiana de la década de los 80 sino que se ha servido de una gran documentación en los viajes a la maquina del tiempo, deteniéndose incluso en detalles tan superfluos pero a la par interesantes como en aquella historia titulada Los Vikingos donde Pulgarcito presenciaba la construcción de un drakkar en el que los artesanos introducían brea mezclada con pelo de animales en las juntas de las maderas para que no pase el agua. Una estupenda lección de antropología normanda para los más pequeños.
Pero al margen de todo ello, Pulgarcito es uno de los mejores tebeos de nuestra infancia y que ahora merece ser recuperado aunque solo sea como un ejercicio de nostalgia.

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domingo, enero 30, 2005

PATRICIA



Hoy compré el 4º número de la revista de BD gallega, Barsowia, con portada de Jano y me vino a la memoria un brevísimo cómic de 14 páginas dibujado por el mismo autor y editado por Polaqia en 2003. Ya se que en esta weblog suelo comentar comics más antiguos, pero por si a alguien no le ha quedado todavía claro, no solo comentare comics antiguos, sino también de círculos minoritarios, difíciles de encontrar, etc… En definitiva, hablo de cómics que posiblemente nunca tendrás en tus manos a menos que rebusques un poco por los mercadillos, librerías de segunda mano o incluso por Internet. Todo ello con el propósito de reivindicar su recuperación en nuevas ediciones o reediciones, como parece estar de moda últimamente.
Ah, y que no os sorprenda si encontráis alguna obra reciente, nunca se sabe con que os puedo venir.
Pero volviendo al cómic de Jano, este es narrado en forma de cuento para niños con grandes viñetas y escrito con letra semejante a la del cuadernillo de cuarto de EGB, en el que nos deletrea una historia de alguien a quien no le gusta la lluvia. Así empieza una historia en apariencia simple en la que nos van floreciendo anécdotas que no parecen tener conexión entre sí ni la mayor trascendencia hasta que cuando llegamos al final, por arte de magia todo parece tener sentido y descubrimos la razón por que no le gusta la lluvia.
La fugaz historia contiene un alto tono poético, acompañado de unos dibujos sencillos e icónicos que no hacen sino adaptarse a la brevedad del cuento. Pero lo que es su aparente sencillez no hace más que materializar una corriente romántica. Este es un cómic para complicarnos con su sencillez en una tarde de domingo.
Para los enamorados de las cosas breves y sencillas.

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viernes, enero 28, 2005

MAUS



Ayer mismo me comentaba una amiga que, coincidiendo con el aniversario de Auchwitz, mi próximo comentario debería ser sobre Maus, de Art Spielgman. Aunque mi propósito inicial es ir comentando obras más minoritarias y desconocidas para el gran público para luego, entrado en materia, ir comentando obras más importantes, considero que es oportuno incluir en el post de hoy esta gran obra que aporta una visión enriquecedora y personal del holocausto.
Esta obra fue publicada en dos partes y por entregas desde 1973 hasta 1991, una larga obra que tardó 19 años en concluirse, editándose en España bajo el sello de Planeta deAgostini dentro de la colección Trazado en un volumen que recoge ambas partes, subsanando así el error cometido hace 10 años con un volumen que solo recogía la primera parte de la obra. Como dato adicional, fue el primer cómic galardonado con el prestigioso Premio Pulitzer de 1992 y ha sido objeto de una exposición en el MOMA (Musem Of Modern Art) de Nueva York.
El trabajo de Spielgman gira alrededor de la figura de su padre, Vladek Spielgman, superviviente del holocausto. Spielgman lo desarrolla en dos historias paralelas y entrelazadas: Una, la historia de su padre en América y las entrevistas que le hace el hijo para la elaboración de la presente obra, y la otra los acontecimientos previos y posteriores a su ingreso en Auchwitz. Resulta sumamente interesante conocer a Vladek mientras nos narra los acontecimientos desarrollados en Polonia, como el abuelito que cuenta sus batallas. Pero más interesante aún es conocer toda la historia, desde que conoce a su futura esposa, Anja, en un ambiente prebélico, asistiendo así a la tensión creciente que supone el avance del dominio nazi en Polonia. Se puede palpar la tensión cuando Vladek y Anja ven por primera vez, desde la ventanilla del tren, la bandera con la cruz gamada plantada en lo más alto del pueblo por el que pasaban. Este es el inicio de una lucha por la supervivencia que se desarrollara incluso dentro de la alambrada de Auchwitz.
La parte de los recuerdos de Vladek, aunque narrada con rigor histórico y atención a los pequeños detalles, no es un documental al uso sino el mejor y más personal relato de unos acontecimientos que marcaron la historia y pusieron en duda incluso a la propia humanidad.
Sin embargo, lo que más me llama la atención es el desarrollo del presente en el que se analiza el perfil psicológico de la figura de Vladek. Inteligente, solidario y previsor durante la guerra, aquí se nos presenta como una persona capaz de irritarnos con su tacañería y su desconsideración hacia su segunda esposa, Mala. Baste leer el episodio en el que Artie y Françoise, la esposa de este, recogen en su coche a un negro lo que provoca unas insólitas reacciones xenófobas en Vladek, irónicas viniendo de alguien que fue perseguido durante años por los nazis. Todo ello contribuye a desmitificar el victimismo que se les atribuye, no siendo estas más que personas normales y corrientes como todos, con sus virtudes y sus defectos. En una palabra, humanos. Aquí el gran acierto de Spielgman ha sido plasmar los acontecimientos de una forma plenamente objetiva en el que no se señalan a los culpables ni a las victimas. Las cosas tal como son y como fueron.
El estilo de Spielgman es sencillo y tosco, pero una vez salvada la primera impresión nos encontramos con que es hondamente expresionista y atribuyendo a los personajes un alto valor icónico con lo que consigue que los dibujos formen parte de la propia narración y no como un complemento o ayuda de esta. Atención a las páginas autobiográficas que aparecen insertadas bajo el título de Prisionero en el planeta Infierno, pues son de un grafismo inusitado y donde el autor se nos enfrenta a la sombra de una madre suicida.
Una de las características mas interesantes de su dibujo pero también una de las más evidentes es el antropomorfismo al que son sometidos los personajes en el que los Judíos aparecen caracterizados como ratones, los alemanes como gatos, los polacos como cerdos, los americanos como perros, los franceses como ranas, etc… indicando el origen de cada uno de los personajes para mostrarnos las diferencias raciales y aumentar así el ambiente cismático de la segunda guerra mundial.
Antes de acabar con esta reseña quiero advertir a los lectores que tengan un ejemplar de Maus en sus manos que el hecho de que Vladek hable tan mal no es un problema de traducción sino que es un rasgo más de su personaje, ya que tras abandonar Polonia e instalarse en América, ya en edad adulta, no ha sido capaz de asimilar totalmente el idioma inglés, cometiendo numerosos errores.
Una obra maestra del cómic histórico y autobiográfico.

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jueves, enero 27, 2005

AGRADECIMIENTOS

Bueno, con lo ocupado que estuve estos días preparando el Blog entre muchas otras cosas, no he tenido tiempo aun para mostrar mi agradecimiento a las personas que me ayudaron a difundirlo, lo cual ya va siendo hora. Quiero mostrar mi agradecimiento a Álvaro Pons de la estupenda La cárcel de papel quien tuvo la amabilidad de incluirme en uno de sus habituales post de Más Madera, a Carla Berrocal por añadirme a su extensa lista de Links en Diario de una pintamonas, a Tirafrutas quien, aun no siendo lo suyo la labor de difusión de nuevos Blogs, animó a la gente que me visitara y a Jordi Juanmartí de La Bitácora de El Gatu, por dedicarme un Post entero a mi página y quien tuvo el honor de ser el que introdujo los primeros comentarios. Estas son las cosas que te hacen saber que no estas solo en esta difícil empresa y que te animan a seguir con la labor.
Y desde aquí también quiero agradecer a mis familiares y amigos que hayan visitado mi página y me han animado a seguir con ella aunque no tengan ni idea de cómic (como yo, je, je).
Gracias a todos.

HOTEL HARBOUR VIEW



Antes de que la Editorial Ponent Mon adoptase al dibujante japonés Jiro Taniguchi como un autor habitual en sus proyectos editoriales (Barrio Lejano, la recopilación de las historias de El Caminante, El olmo del Cáucaso, y próximamente La época de Botchan y Tener un perro y otras historias) la publicación de sus obras en España se daba de forma bastante episódica. Tuvo el honor de ser uno de los pocos autores japoneses que publicaba, junto con Yoshihiro Tatsumi (Que triste es la vida) en la histórica revista El Víbora, con la serie El caminante, que sorprendió a muchos por su nuevo estilo narrativo y su temática, dando el pistoletazo de salida a la introducción de los Manga en España y que alcanzara el punto álgido con Dragon Ball, de Akira Toriyama. También hizo su aparición en lo que se quedo en un intento de revista de Manga de Planeta deAgostini, el Shonen Mangazine, con la serie Sobrevivir en la nueva era glaciar, de corte futurista y que nunca llegó a concluirse. Más recientemente, la maravillosa El almanaque de mi padre en tres números de una edición de Planeta deAgostini que deja mucho que desear y Crónicas del viento en la Editorial IVREA con un guión de Kan Furuyama.
Pero quizás el trabajo de Taniguchi que pasó más desapercibido se trate del álbum publicado dentro de la colección de Novelas gráficas de Planeta deAgostini, Hotel Harbour View, cuyas historias nos sorprenderán si estamos habituados a la belleza serena de los paseos de El Caminante o la delicadeza de las historias recogidas en El olmo del Cáucaso. Esta es una obra bastante mas dura, impregnada de una agresiva melancolía semejante a la tarde de un domingo en el que se nos ha muerto el gato.
Con guión de Natsuo Sekikawa y un prólogo de Andreu Martín, desconozco si se trata de la obra completa pues parece bastante corta en contraste con lo que suele ocupar un tomo japonés (190 páginas). No obstante los dos capítulos que componen el presente volumen, aun en el caso de que formen parte de una serie más larga, se pueden leer de forma independiente. El primer episodio que da nombre al título de la cubierta, es quizás el más interesante.
Hong Kong. Un japonés que se aloja en el Hotel Harbour View sin hacer otra cosa que beber whisky. Una prostituta que sirve de modelo para las fotografías del japonés. Una asesina a sueldo recién llegada de San José, California. Sin desvelar nada de la historia, la escena del tiroteo se queda grabada a fuego con una solemne composición frente a un espejo ¿Quién mata a quien? Y una bala a cámara lenta frente a la indiferencia de quien va a morir.
El segundo episodio, breve encuentro, se desarrolla en París tratando de los amores perdidos y los recuerdos intensos pero efímeros que las mujeres guardan en cajas y los atan con lazos mientras que los hombres los tiran como si fueran cerillas usadas. Del amor por quien le enseño a matar y ahora tiene que matarle. Arrancando con doce paginas mudas en los que solo se escucha el silbido del tren y una bala que tarda 16 viñetas hasta que la victima cae abatida. Doce páginas dedicadas a un asunto intranscendental para narrar la historia de una bala a 380 metros por segundo.
Y en ambas historias, una mujer terriblemente fría, con una increíble dureza en su mirada firme.
Si no quieren romper la imagen de Jiro Taniguchi como un autor sensible, no lean este álbum, aunque yo les recomiende que sean fuertes si no quieren perderse una lección magistral sobre la ralentización extrema de una secuencia.
Publicada en 1993.

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miércoles, enero 26, 2005

LAS MURALLAS DE SAMARIS



Ayer, comentando el libro de Chumy Chumez me vino a la memoria un autor cuyo estilo es heredero de las ilustraciones y grabados del siglo XIX y XX, pero con un toque personal. Este autor es François Schuiten, cuyos dibujos unidos al talento narrativo de Peeters, crearon juntos la saga de Las Ciudades Oscuras. Las obras que componen esta saga se encuentran bastante dispersas, entre los álbumes de la Colección Negra de Metal Hurlant, la Colección Vértigo de Tótem Comics y la Colección B/N y otros álbumes de Norma Editorial, sin olvidarnos de Eurocómic. Aunque cada álbum se puede leer como una obra independiente, es necesario reunificar todas las obras en una nueva colección para su óptimo disfrute.
Dentro del ciclo de Las Ciudades Oscuras he escogido una obra breve titulada Las Murallas de Samaris publicada en España en 1983 dentro de la Colección Vértigo de Tótem Cómics (Editorial Nueva Frontera) que si bien no alcanza la excepcionalidad gráfica de La chica inclinada o Brüsel, por citar dos ejemplos tiene un planteamiento sumamente interesante acerca de la gran ciudad como un gran escenario por el que discurre la aventura de la vida.
La acción parte de la ciudad de Xhystos, una gran urbe de línea modernista con toques futuristas que en absoluto desentonan con el carácter de una metrópoli situada lejanamente en el tiempo y que se aproxima a una concepción romántica e idealista de la época industrial. A ella llegan rumores sobre Samaris, rumores que desconocemos pero que son el punto de partida para enviar a nuestro protagonista, Franz, a la ciudad con el objetivo de elaborar un informe tan detallado como sea posible para la tranquilidad de Xhystos.
El viaje a Samaris por tierra primero, por aire a continuación y por último por agua, es sumamente inspirador y sugerente ya que aun empezando a vislumbrar las murallas en el horizonte todavía tardara más de doce días en llegar lo que nos da una idea del grandioso tamaño de la ciudad. Una vez instalada en ella, entonces es cuando comienza a percatarse de que algo extraño sucede ya que todas las ventanas están cegadas, acompañados de un lejano rumor, un exasperante silbido. Sus días suceden de la misma forma, uno tras otro, el mismo paseo, la misma cafetería, las mismas caras, la misma mujer que se levanta nada más llegar, las mismas angustias y las mismas preguntas. Atrapado en una circulo rutinario, siente la necesidad de escapar de él pero al mismo tiempo es incapaz, no sin saber que es lo que realmente sucede. La ciudad se vuelve entonces como una cárcel cuyas cadenas son el automatismo de los acontecimientos diarios, incapaz de quebrarlas por mucho que lo intente y que solo se podrán abrir con la llave de la verdad que queda fuera del alcance de su mano.
Quizás así nos sintamos nosotros en nuestra propia ciudad, atados a unas obligaciones diarias que difícilmente podemos eludir, viendo siempre las mismas caras, la misma gente, las mismas calles que recorremos una y otra vez y que ocasionalmente, si nos fijamos, descubrimos un detalle que no habíamos visto antes. Encerrados en una gran fábrica que funciona de forma cíclica sin interrupción, formando parte de su mecanismo, de sus engranajes para que todo funcione a la perfección.
Pero volviendo a Samaris, la concepción que definí antes sobre la ciudad como un artefacto, aquí se presenta a nuestros ojos, literalmente, como un enorme, grandioso, maquiavélico artificio, una caja de relojería con sus ruedas dentadas y sus agujas que se desplazan allá donde vaya Franz, ofreciendo unas fachadas que se montan y se desmontan fuera del alcance de su vista, un suelo que gira sobre si mismo sin desplazarse nunca de donde se encuentra. Una gran tramoya destinada a retener el secreto de Samaris dentro de sus propias murallas.
Atrapado en esta jaula mecánica, tratara por todos los medios escapar de Samaris y volver a Xhystos, pero eso ya es otra historia. Aquí lo realmente interesante es como el dibujante consigue materializar el complejo mecanismo de la ciudad de Samaris sin que por ello nos parezca artificioso o forzado. Como los trampantojos romanos y renacentistas, hasta que no lo miras de cerca no te das cuenta de su hábil capacidad para el engaño.
Una de sus contadas obras en color (en esta ocasión con una suave y tímida paleta) el estilo de Schuiten es profundamente arquitectónico, con un gran dominio de los diferentes estilos de todas las épocas, desde el romano hasta el más futurista, pero sobre todo con una rara habilidad de amalgamar dichos estilos formando un nuevo estilo que si bien imaginario, es perfectamente reconocible. Quizás lo único que se pueda reprochar es cierto estatismo en el tratamiento de los personajes, trazados en una línea clasista y académica, como si formaran parte de la arquitectura que el mismo dibuja, como si formaran parte del engranaje que hace funcionar la historia de sus vidas.

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martes, enero 25, 2005

CHUMY CHÚMEZ. UNA BIOGRAFÍA



Chumy Chúmez. Aquel humorista, fallecido en 2003, caracterizado por dibujar un pequeño sol en sus viñetas humorísticas llenas de un humor pesimista que publicaba habitualmente en El País. ¿Se acuerdan de él? Aunque les cueste creerlo, esta obra, fechada en 1973 y publicada por la Editorial Fundamentos, es del propio Chumy.
Se trata de una biografía soñada donde homenajea a los grabadores de finales del siglo XIX y principios del XX que ilustraban las novelas folletinescas llenas de sucesos trágicos y románticos procedentes de La ilustración Española, La Ilustración Ibérica y La Ilustración Artística, además de los libros de medicina y las páginas de prensa nacional, verdaderos artesanos-fotógrafos del buril. Chumy ha destrozado – con lagrimas en los ojos, según sus palabras- cientos de revistas y libros y con sus fragmentos ha ido componiendo una nueva realidad, la realidad de los sueños y la nostalgia, en una suerte de collage dispuesto en forma de cómic sobre el que da rienda suelta a un relato de corte absolutamente surrealista.
Recorriendo sus páginas nos encontramos con una reconstrucción de su biografía a través de los sueños y las pesadillas, en el que asistimos a su propia muerte y nacimiento, en una alucinación quimérica sin orden ni concierto pero que, sorprendemente, encontramos una perfecta coherencia narrativa y una fluidez que hace sumamente interesante su lectura. Sorprende como la gran diversidad de imágenes recortadas y pegadas formando nuevas composiciones oníricas colocadas de forma secuencial contengan tal cohesión narrativa.
Inspirada seguramente en la novela collage de Max Ernst, artista enmarcado en la corriente surrealista, titulada Una semana de bondad, ya que sigue la misma técnica de reorganización de trozos de grabados populares para formar una historia en el que el propósito no es que uno lo mire sino que uno lo lea.

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lunes, enero 24, 2005

EL PRIMER MIGUELANXO PRADO



Rebuscando en la Biblioteca Xeral de Santiago en pos de información para la elaboración de un artículo sobre la historia de la Banda Deseñada en Galicia me encontré con una cosa bastante curiosa que no me resisto a mostrarles.
¿Diría alguien que el dibujo que aparece más arriba parece trazado por la mano de Miguelanxo Prado? Pues aunque parezca mentira, se trata de una de sus primeras páginas publicadas en un fanzine en el que se dio a conocer como un autor hábil en el dibujo y las composiciones de sus páginas. Estamos hablando de una publicación del año 1979, nada menos que 26 años nos separan de A petadura do Orballo de su más reciente creación, La mansión de los Pampín. Vean y comparen.
Como curiosidad añadiré que el fanzine en que fue publicado, de título "Xofre. Historieta galega" se trata del primero en su género en Galicia. Publicado en Santiago de Compostela por el colectivo Xofre, en el que se incluyen, además de Miguelanxo, Fran Jaraba y Xan López Domínguez, así que si alguien tiene este pequeño ejemplar, que lo cuide como oro en paño pues tiene en sus manos un valioso documento de la historia de la Banda Deseñada y de la trayectoria artística de Miguelanxo Prado.

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EVA



Cómic inquietante donde los haya.
El autor Belga Dieter Hermann Comés, más conocido como Didier Comés, nos introduce en la estética de la película Cabaret, de Bob Fosse con breves apariciones de Marlene Dietrich y Raoul Servais, para relatarnos una historia acerca del desdoblamiento de personalidades y obsesiones mórbidas relacionadas con el sexo y la muerte. Publicado en una serie de 7 capítulos en La Suivre, entre los años 1982 y 1984, hoy podemos encontrar algunas partes del relato bastante desfasadas y algunas de ellas, jocosas. El inicio parece más propio de una película de terror de serie B. Ya saben, tia buenorra y maciza a la que se le estropea el coche por lo que va al único caserón que hay en 30 kilómetros a la redonda donde se encuentra con personajes bastante particulares y se queda sin asumir las futuras consecuencias. (Eso me recuerda a The horror Picture Show, genial comedia musical de transexuales transilvanianos)
Yves y Eva, hermanos gemelos, dan la bienvenida a Nieves, la chica en apuros, cada cual a su manera. Durante su estancia, Nieves descubrirá la afición de Yves por los autómatas y la sumisión por su hermana Eva, desequilibrada mental y postrada en una silla de ruedas pero sobre todo la pasión que ambos sienten por ella, todo ello en forma de thriller psicológico y salpicado de delirios sexuales como el incesto, el voyeurismo, el travestismo y el hermafroditismo. Ya lo descubrirán.
Pero estamos ante una obra capaz de producir inquietud a través de unos rostros tan inexpresivos como los autómatas que pueblan el cómic, recurso utilizado quizás para ocultar las verdades que se descubrirán al final, turbadores como la muerte misma. Desconcertantes como el turbador final al que nos conduce.
El estilo de Comés es sumamente sugerente a pesar de la inexpresividad y repetición del mismo patrón en las caras de los protagonistas, todo aderezado de cierto estatismo. Trazado con línea clara y perfiladas manchas de tinta, comes nos transporta a través de un sinuoso riachuelo sobre el que ondean los reflejos de una pesadilla obsesiva y repetitiva.
Esta obra inaugura la Colección B/N de Norma editorial, colección que alberga la mayor parte de sus obras como La Belette, obra que le dio el reconocimiento personal a un artista alejado de las convicciones estéticas y narrativas del cómic comercial belga de su época.

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domingo, enero 23, 2005

TOKYO BABYLON


Mi primer contacto con las CLAMP fue allá cuando ya estaba bastante avanzado el boom de los manga en España y servidor se pillaba todo lo que saliera, sobre todo las breves series en formato comic-book de Planeta de Agostini que una vez acabadas siempre te dejaron con ganas de más y acabas convenciéndote de que hay que ser imbécil para engancharte a una serie que sabes que no continuará y mucho menos llegara a acabarse (con la excepción de Alita, entre otros). Una de ellas fue X/1999, de las mencionadas CLAMP en una miniserie de 3 números que abarcaban el primer tomo de la serie. Debo reconocer que al principio me negué rotundamente a adquirirlo pues al echar un vistazo encontré un estilo de dibujo totalmente diferente a todos los mangas conocidos hasta ahora y que en mi propia ignorancia acabe atribuyéndole autoría norteamericana. Parte de mi ignorancia se debía al extraño nombre del cuarteto de autoras japonesas (Mokona Apapa, Satsuki Igarashi, Nanase Ôkawa y Mick Nekoi) y del mundo del manga en general. Sin embargo, un día acabe comprándomelo pues la poderosa fuerza visual de sus dibujos ejercía en mí una extraña fascinación. Desde entonces algunas de las obras de las CLAMP se encuentran entre mis predilectas.
Este es el caso de Tokyo Babylon.
La serie comenzó a publicarse en España en el año 96 en una serie abierta que solamente alcanzó los 11 números que abarcan tres de los siete tomos de los que se compone la obra completa y ha sido reeditado de nuevo en su totalidad dentro de la Biblioteca Manga hasta hace relativamente poco, con lo que hemos podido disfrutar de su espectacular final, si es que se le puede llamar final pues el destino de los dos protagonistas (Sehisiro Sakurazuka y Subaru Sumeragi) continua como una de las numerosas y complejas tramas que se entrecruzan en X/1999.
Una de las características que más me llaman la atención de esta serie es la integración en la trama de momentos sumamente empalagosos y tiernos, muchos de ellos rayando en lo cursi y lo simplón pero esto no es más que una oscuro y perverso recurso de las autoras para jugar con nuestros sentimientos. Todos nos relajamos demasiado ante el devenir de los acontecimientos pero luego el mazazo que recibimos es brutal. Como aquel tío que se relajaba extasiado mirando el magnifico cielo y de repente le dan una patada en los huevos. Así es Tokyo Babylon. Por supuesto, no desvelare nada transcedental de la trama, pero bueno, advertidos quedan y no es mi intención que la gente no se acerque a leerlo sino de que comprendan que no todo lo que aparece en Tokio Babylon es gratuito.
En cuanto al argumento, trata del encuentro entre los últimos herederos de dos familias rivales, los Sakurazuka y los Sumeragi, aunque este último no se entere de nada. Encuentro que avanza y madura a través de historias que tratan de la deshumanización de la gran urbe, en este caso, Tokio. Resulta especialmente conmovedora la historia de la adolescente que se refugia en el mundo de los sueños para nunca despertar en la pesadilla que resulta ser el mundo real. Otras suelen acabar teniendo un carácter algo moralizante pero no por ello dejan de ser interesantes historias que acaban tocando nuestra fibra sensible.
Es cierto que el tratamiento de los temas es, en algunos casos, excesivamente dramático y exagerado. Pero así es el mundo de las CLAMP, todo vale con tal de agitar el ánimo incluso al más indiferente.
Pero volviendo a nuestros protagonistas, Seishiro Sakurazuka procede de una familia de ninjas asesinos por mucho que jure y perjure negar tal condición, todo lo contrario de Subaru Sumeragi, quien es el decimotercero líder de los Sumeragi, protectores espirituales del Japón. No nos olvidemos de la espléndida Hokuto Sumeragi, hermana gemela de Subaru, poseedora de pequeños poderes pero de una lengua bastante mordaz y en ocasiones, demasiado sincera. Seishiro hará todo lo posible por conquistar el cándido corazón de Subaru, quien no parece estar demasiado por la labor hasta que, con la intención de defenderlo, Seishiro perderá un ojo, detonante que desencadenara los sentimientos de Subaru hacia este.
En principio parece tener todos los visos de un culebrón con asuntos paranormales de por medio, que lo es, pero… ¡de que manera! La continua presencia de elementos fantásticos nos aportan una perspectiva diferente de las historias cotidianas que nos pretenden contar, aumentando su efectividad y dejando una profunda huella.
Es bien sabido que los argumentos de las CLAMP son extremadamente complejos. Baste echar un vistazo a X/1999 para comprobar como todas las líneas argumentales de los protagonistas se entrecruzan, voltean, retuercen y giran formando un encaje barroco pero que al final todo queda en su sitio. No hay preguntas. No hay cabos sueltos. Este es otro atractivo de Tokio Babylon que, sin alcanzar las cotas de complejidad de X/1999, es bastante enrevesada pero al final todas las piezas encajan perfectamente.
En el apartado gráfico, al principio de la historia el dibujo es un poco soso pero que acaba madurando a lo largo de los siete tomos que componen la obra. Sin embargo sus dibujos vibran y se estremecen al compás de una música triste, al ritmo de las flores de cerezo tan presentes en sus obras. Es sabido que los recursos expresionistas de los Shojo Manga son capaces de expresar cualquier emoción o sentimiento que uno se pueda imaginar pero aquí alcanza sus más altas cotas, acompañado de un exuberante sentido poético.
En definitiva una obra que no dejará indiferente a nadie.Posted by Hello

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UN VERANO INDIO



Si inauguro esta weblog reseñando una obra de marcado carácter erótico, créanme que no lo hago con el objetivo de ganar adeptos rápidamente utilizando el sexo como reclamo (aunque suele funcionar). De acuerdo, el dibujante italiano Milo Manara se ha caracterizado siempre por dotar a todas sus obras de un marcadísimo carácter erótico, algunas rayando casi en pornográfico como es el caso de su obra más conocida, El Clic, y gracias a ello se ha labrado una quizás inmerecida fama de dibujante de historieta para adultos. Pero si hay algo que lo diferencia de los demás dibujantes de historieta para adultos es que en sus obras incluye unos poderosos guiones que lo alejan totalmente del concepto de historieta para adultos, destinada única y exclusivamente al disfrute sensual del lector. No, Manara es capaz de imprimir una profunda complejidad a sus historias, capaces de desentrañar los misterios del erotismo y los mecanismos que lo provocan a través de la historia que se pretende contar. Sumado a ello tenemos que añadir un realismo gráfico muy personal y un controlado sentido de la narración que puede alcanzar cotas impresionantes en algunas obras.
La obra que pretendo comentar, Un verano indio, es la menos erótica de sus obras y quizás la más elaborada, que no la más conocida. Con un estupendo guión de Hugo Pratt (El autor de Corto Maltés) que trata de los acontecimientos y consecuencias de la violación de una chica de un asentamiento de colonos de nueva Inglaterra, New Canaan, por parte de dos indios de una tribu vecina y el posterior asesinato de estos. Las primeras viñetas, que casi parecen bailar al compás de la música de una película muda son de una intensa carga poética a pesar de su violencia. A partir de ahí, la obra continua en un crescendo que alcanza el punto más intenso en el asalto de los indios a la casa de los Lewis, en un prodigio de viñetas horizontales de una composición casi renacentista. Sin embargo, después de tomarnos un respiro, asistiremos a unos acontecimientos que con toda seguridad no dejarán indiferente a nadie. Cuando creías haberlo visto todo, se da una vuelta de tuerca más que acaba de apretar todo bien apretadito, y nos deslizamos ya hacia el final, donde se acusa una cierta dejadez pero sin perder ningún ápice de interés.
El resultado es una obra coral en el que cada personaje cumple con su papel en esta historia sin dejar huecos o interrogantes. Una obra maestra que ha pasado casi desapercibida quizás por su carácter de historieta para adultos destinado a permanecer en las estanterías reservadas a los Kiss Cómic y derivados y por lo tanto alejadas de la vista del lector interesado en publicaciones más intelectuales.
Por último, señalare que existen tres ediciones diferentes de Un verano indio, de las cuales, personalmente, les recomiendo, no solo por su precio sino por su calidad, la de New Cómic publicada en el blanco y negro original y en dos entregas (Obras completas de Manara, nº 9 y 10) casi siempre presente en los mercadillos de segunda mano. Si no encuentra la versión de New Cómic, siempre le quedara la reedición de las obras completas de Manara bajo el sello de Norma Editorial, también en dos números y en blanco y negro pero con un tamaño bastante inferior que no permite apreciar claramente el maravilloso pincel de Manara. Existe otra versión de Norma, publicada en un solo volumen. La edición, aunque correcta, se trata de una versión coloreada de forma estridente que estropea la composición y el dibujo e impide la apreciación de la intensa poesía y del movimiento de las viñetas de Manara.
No se dejen embaucar por sentimientos de culpabilidad pecaminosos ni falsas moralidades y en cuanto tengan la ocasión, pónganle la mano encima. Les aseguro que merece la pena.

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sábado, enero 22, 2005

BIENVENIDOS A XASTRIÑO COMICS

Hola a todos.
Bienvenidos a Xastriño Cómics, otra weblog más el ya saturado panorama de las weblogs comiqueras en España, una gota más en el océano. Sin embargo, en esta weblog no trataré temas de candente actualidad, no reseñare ni anunciaré las últimas novedades ni filosofaré sobre diversos temas relacionados con el cómic. En esta weblog, sencillamente hablaré un poco de todo, siempre relacionado con el cómic. En su mayoría serán reseñas de comics sacados de mi biblioteca particular con ejemplares de años o meses de antigüedad, e incluso algún cómic reciente que me haya hecho tilín. Y por supuesto, invito a todo el mundo a dar su propia opinión acerca del cómic reseñado o de la propia reseña. Disculpen mi torpeza y mis errores de antemano, pues aunque sea un apasionado de los cómics desde hace 20 años, haya basado mis trabajos de la facultad en el Arte Secuencial, escriba artículos sobre cómic y no me pierda ninguna edición de Viñetas desde o Atlántico de A Coruña, siempre tendré mis fallos y espero ir progresando a medida que aumenten los contenidos y con la ayuda de los que se acerquen a echar un vistazo y aporten su comentario.Pero sobre todo espero que puedan disfrutarla y sea de su interés.
(Me parece que me he pasado de formal…)

miércoles, enero 05, 2005


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