EVA
Cómic inquietante donde los haya.
El autor Belga Dieter Hermann Comés, más conocido como Didier Comés, nos introduce en la estética de la película Cabaret, de Bob Fosse con breves apariciones de Marlene Dietrich y Raoul Servais, para relatarnos una historia acerca del desdoblamiento de personalidades y obsesiones mórbidas relacionadas con el sexo y la muerte. Publicado en una serie de 7 capítulos en La Suivre, entre los años 1982 y 1984, hoy podemos encontrar algunas partes del relato bastante desfasadas y algunas de ellas, jocosas. El inicio parece más propio de una película de terror de serie B. Ya saben, tia buenorra y maciza a la que se le estropea el coche por lo que va al único caserón que hay en 30 kilómetros a la redonda donde se encuentra con personajes bastante particulares y se queda sin asumir las futuras consecuencias. (Eso me recuerda a The horror Picture Show, genial comedia musical de transexuales transilvanianos)
Yves y Eva, hermanos gemelos, dan la bienvenida a Nieves, la chica en apuros, cada cual a su manera. Durante su estancia, Nieves descubrirá la afición de Yves por los autómatas y la sumisión por su hermana Eva, desequilibrada mental y postrada en una silla de ruedas pero sobre todo la pasión que ambos sienten por ella, todo ello en forma de thriller psicológico y salpicado de delirios sexuales como el incesto, el voyeurismo, el travestismo y el hermafroditismo. Ya lo descubrirán.
Pero estamos ante una obra capaz de producir inquietud a través de unos rostros tan inexpresivos como los autómatas que pueblan el cómic, recurso utilizado quizás para ocultar las verdades que se descubrirán al final, turbadores como la muerte misma. Desconcertantes como el turbador final al que nos conduce.
El estilo de Comés es sumamente sugerente a pesar de la inexpresividad y repetición del mismo patrón en las caras de los protagonistas, todo aderezado de cierto estatismo. Trazado con línea clara y perfiladas manchas de tinta, comes nos transporta a través de un sinuoso riachuelo sobre el que ondean los reflejos de una pesadilla obsesiva y repetitiva.
Esta obra inaugura la Colección B/N de Norma editorial, colección que alberga la mayor parte de sus obras como La Belette, obra que le dio el reconocimiento personal a un artista alejado de las convicciones estéticas y narrativas del cómic comercial belga de su época.
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