ENTREVISTA A BARTOLOMÉ SEGUI
Xastriño.- Bueno Bartolomé, la pregunta con la que siempre empiezo mis entrevistas: ¿Recuerda cuando y como se aficionó a los cómics?
Bartolomé Segui.- Desde que recuerdo, me pasaba el día en mi cuarto dibujando y leyendo tebeos. Lo copiaba todo, Lucky Luke, Astérix, Anacleto… Mi primera historieta, unas páginas de cuaderno grapadas con su portada y su contraportada anunciando el próximo número fue una sátira sobre Spiderman que hice, creo, a los 10 años. A partir de ahí, continuaron las lecturas y mis dibujos… tan sólo que los gustos fueron adaptándose a los autores que a lo largo de los 80 fui descubriendo. Ya sabéis… Moebius, Breccia, Hugo Pratt…
X.- ¿Cuándo y como empezó a trabajar en el campo del cómic?
B.S.- Me fui con 20 años a Barcelona con la excusa de aprender pintura, pero mi verdadera intención era ofrecer mis dibujos a las editoriales de cómic. Por casualidad entré en contacto con Leo Sánchez y le enseñé unas páginas. Acababan de sacar una nueva revista Metropol e imagino que les haría falta material, así que me pasó un guión de Mariano Hispano. Al mes siguiente, me adelanté con una historia de 4 páginas y al més siguiente con otra de 6. Desgraciadamente la revista cerró antes de que les presentara una historia de 32 páginas! A todas estas, y mientras hacía un tipo de historieta costumbrista, los estudios de pintura me descubrieron la libertad de las vanguardias de los 80 y la movida que nos llegaba de Madrid a través de la revista Madriz me permitió desarrollar una faceta más pictórica a la estela, eso sí, inalcanzable, de los grandes Javier de Juan, Ana Juan, Keko… Y así me ví desdoblando mi trabajo, hacia Madrid, las piruetas y los descubrimientos formales, y a las páginas de El Víbora y Cairo las historietas cotidianas sobre mi vida en la gran ciudad.
X.- ¿Tiene alguna otra personalidad oculta aparte de ser autor de cómics?
B.S.- Los últimos años en Barcelona los dediqué sobretodo a la ilustración. Ilustré varios cuentos infantiles y portadas para el Pequeño País. Ya en Mallorca me entré a trabajar en una agencia publicitária y descubrí los ordenadores y el diseño gráfico. Esto último, junto con la “colonia” de dibujantes que hay en Mallorca, me sirvió para lanzar una propuesta de suplemento infantil para el diario Última hora que coordiné junto a Sonia Delgado y, ya más en serio, a meternos ambos a editar nuestra propia revista Esquitx. Una revista trimestral en catalán –vamos ya por el número 20- en cuyas páginas hemos publicado a Max, Pere Joan, Álex Fito, Sonia Pulido, Vaquer, Linhart, Gabi Beltrán… y al Titeuf de Zep! Paralelo a todo esto y pese a vivir en un pueblecito apartado -¡milagros de la aldea global!-, no han parado de crecer las propuestas de ilustrar libros de texto, así que, actualmente, reparto mi tiempo entre la ilustración, algunos trabajos concretos de diseño gráfico y, porque lo nuestro es una amor “fou”, a la que tengo un hueco, me saco el gusanillo de encima dibujando viñetas para alguna causa perdida.
X.- ¿Con que obra de cómic debutó?
B.S.- Si te refieres a historieta, la primera fue esa historia de dos páginas para Metropol. Si se trata de un álbum, el primero fue A salto de mata, una recopilación de unas historias inéditas del detective Simón Feijoo que publicó la extinta Editorial Complot.
X.- ¿De entre sus obras, cual de ellas se siente más orgulloso? ¿Por qué?
B.S.- Esa es siempre una pregunta díficil de responder. Soy muy crítico con mi trabajo, del que suelo desvincularme al entregarlo al editor. Quiero decir que no suele gustarme una vez que lo veo impreso. Le tengo mucho cariño a las series que hice para El Víbora y a Simón Feijoo, recientemente recopilados por Edicions de Ponent, pero creo que este último trabajo de El Sueño de México es mejor en muchos aspectos.
X.- ¿Qué proyectos tiene ahora y para el futuro?
B.S.- No quiero ponerme pesimista, pero el mundo de los cómics a nivel español está bajo mínimos. Sí, hay muchos editores “independientes”, muchas novedades y muchos autores con futuro, pero ¿qué futuro, cuando el precio que se paga por página es la mitad del que se pagaba en los 80? Así las cosas en España, creo que los que dibujamos cómic lo hacemos por placer, casi por onanismo mas que por dinero… lo que quiere decir que me embarcaré sólo en proyectos que conlleven una satisfacción personal... eso sí… con la mirada puesta en el mercado francés, a años luz del nuestro.
X.- Por favor, recomiende una obra de cómic y explique el porque de dicha recomendación
B.S.- De los recientes descubrimientos me quedo con Baru y su El camino de América. Me impresiona la aparente sencillez de su estilo y el ritmo o que desarrolla en sus historias, muy cinematográfico. En pocas palabras, su eficacia como narrador. Y es que con la edad, leo para que me cuenten histórias, simple y llanamente.
X.- ¿Cuál es su autor de cómic preferido? ¿Por qué?
B.S.- Aparte del mencionado Baru, el siempre apabullante Moebius/Giraud (del que confieso no seguir demasiado para no desanimarme). Reconozco que tengo gustos y influencias muy variopintas; Quizá por lo que comentaba del estilo… Hay veces en que parece primar la corrección del dibujo y te fijas en autores como Boucq, Giraud, Torres, Prado…y otras prima absolutamente la simplicidad gráfica para supeditarse totalmente a la narración y entonces se me van los ojos tras Igort, Duran…
X.- ¿Qué opinión tiene del panorama tebeístico actual en España? ¿Qué cree que le falta para ponernos a la altura de Francia o EE.UU.?
B.S.- Antes ya te contestaba un poco a eso. Por ejemplo… ahora mismo, viendo la selección de obras escogidas por los dos principales diarios españoles para vender EL CÓMIC… Hay para echarse a llorar… Compruebas que para la mayoría de la gente el cómic sigue siendo Mortadelo y Filemón, Tintín y Astérix. A partir de ahí, la ignorancia y en consecuencia el desinterés más absoluto. No existimos. Creo que somos un colectivo que se nutre de sí mismo. Un gueto. En Francia hay un público lector que ADEMÁS lee historietas con total normalidad.
X.- Lo cierto es que el panorama del cómic mallorquín es bastante desconocido para el gran público. ¿Qué puede decirnos acerca del panorama tebeístico y de los trabajos que se hacen allí?
B.S.- No creo que pueda hablarse de una escuela propiamente “balear”. Los que estamos aquí tenemos todos estilos muy diversos, tan sólo creo que se trata de una coincidencia geográfica, eso sí, muy nutrida, de autores y tres editoriales: Inreves, Dolmen y Edita. Somos muchos y bien avenidos.
X.- ¿Puede hablarnos un poco de su etapa en la ya extinta revista de El Víbora con su serie Lola y Ernesto. ¿Veremos algún día una recopilación de sus trabajos publicados en dicha revista?
B.S.- Recuerdo con mucho cariño esa época. Yo sentía una especial fascinación por la ciudad y por supuesto, eso se reflejaba en mis guiones y en los dibujos que buscaban retratar esas calles que iba descubriendo. Fue una suerte que El Víbora estuviera ahí y que a Berenguer le gustara mi trabajo. La primera serie de Lola y Ernesto la publicó ya La Cúpula. La segunda parte, ya en color, no llegó a tiempo. La crisis de ventas redujo la publicación de los libros en color y Héctor y Rita se quedaron fuera. Tengo el álbum montado a la espera de encontrar un editor que quiera publicarlo.
X.- El sueño de México es considerado uno de sus mejores trabajos publicados hasta la fecha. Háblenos un poco de su trabajo con Ramón de España.
B.S.- Ese encargo cayó en mis manos justo antes de volverme a Mallorca. Fue en el despacho de Joan Navarro. Ramón de España tenía ese guión acabado y me propusieron para dibujarlo. Yo soy un dibujante relativamente rápido… y les dejé dicho que podía hacer una página al día y quedamos para el próximo Saló. Eso era hace la friolera de ¡7 años! Como he contado antes, durante este tiempo me dio por lanzarme a editar dos revistas y a ilustrar libros infantiles a ritmo de crucero, meterme en publicidad, amén de intentar tres proyectos con Zentner para llegar al mercado francés. Tres proyectos que no vieron la luz por el mismo motivo que no avanzaban las páginas de El sueño de México. Y es que dibujar este cómic fue convirtiendose en un reducto personal. Y la historia de Ramón dejó de ser suya para hacerse mia. Y así, las 45 páginas iniciales fueron aumentando hasta acabar en las 104 finales y acabando también con la paciencia de mi guionista. Lo de menos era publicar el trabajo. Lo importante fue el proceso. Y así, añadí escenas, reduje el número de viñetas por página y disfruté de dibujar. Creo que ese estado se nota en el resultado.
X.- ¿Como surgió el proyecto de colaboración con el álbum de 11 miradas editado por Ediciones de Ponent? ¿Que recibimiento esta teniendo?
B.S.- Felipe H. Cava fue mi interlocutor durante los años de Madriz. Y desde entonces siempre me anima en mis trabajos más artísticos. Hemos colaborado un par de veces y sabe que soy un incondicional de su trabajo. Si lo nuestro fuera el cine, diria de él que es un director que deja total libertad a sus actores, así que cuando me propuso colaborar en este trabajo no me lo pensé dos veces. No he seguido el progreso, pero sé que es un libro difícil. Aparte del gran valor testimonial de un hecho concreto de nuestra historia que de por sí tiene una obra de estas características, hay que añadir algunos trabajos gráficos realmente excepcionales, y estoy pensando en la historia del mismo Felipe que ilustra Sequeiros.
X.- En sus ilustraciones se observa un paso del coloreado tradicional al informático. ¿Con que medio se queda?
B.S.- Superado el temor que causa cada cambio en las costumbres de trabajo, el ordenador es una herramienta como cualquier otra. Intento que se note lo mínimo la automatización en el trazo dibujando como lo haría con el pincel. Tener la oportunidad de hacer un control+z y rectificar limpiamente no tiene precio… a cambio, me estoy quedando sin originales!
Hasta aqui la entrevista que, como de costumbre finaliza con un interesante enlace a su página web.
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