PROMESA
Antes de comentar la que fue la primera obra de Shojo Manga publicada en España, voy a explicar un poco dicho concepto de Shojo. Estoy seguro de que habrá gente que se habrá aburrido de escuchar lo que significa Shojo, una y otra vez, pero también estoy seguro de que hay bastante gente que no tiene ni idea del significado de dicho término. Así que los entendidos, podéis saltaros esta definición. Y en cuanto a los principiantes, sed bienvenidos al apasionante género del Shojo Manga.
El Shojo Manga es, junto con el Shonen Manga, los dos géneros por antonomasia del imperio comiquero de Japón, aunque soy en absoluto partidario de clasificar los cómics por géneros sino en obras buenas y malas. (Para más información véase la cárcel de Papel, en la que apareció un interesante post sobre los géneros) Sin embargo, estos dos definiciones no crean una escisión de géneros sino que encierran dos formas y maneras de pensar y ver el manga.
El Shonen se refiere al manga dibujado por y para chicos, con altos contenidos de fantasía y violencia. Un buen ejemplo sería el Dragon Ball de Akira Toriyama o Los caballeros del Zodiaco, de Masami Kurumada. El Shojo Manga, por el contrario se refiere al manga dibujado por y para chicas, encontrando como mejor ejemplo ejemplo el Candy, Candy de Riyoko Ikeda. Comparando ambas series, es difícil encontrar puntos en común.
Sin embargo, estas son unas definiciones demasiado amplias, pues es de señalar que desde la segunda guerra mundial hasta los años 60 este género era dibujado por artistas de Shonen, incluyendo al padre del manga, Osamu Tezuka, con la obra La princesa Caballero (publicada por Glénat) y no fue hasta 1972 con la publicación de La rosa de Versalles, de la autora Riyoko Ikeda, cuando apareció el Shojo Manga propiamente dicho. Además, actualmente, la frontera entre el Shonen y el Shojo esta cada día más difusa. Si no véase el cuarteto de autoras japonesas, las Clamp y su última obra, X-1999, con ingentes cantidades de violencia al servicio de románticas historias de amor.
En fin, estoy generalizando. Lo cierto es que la propia definición de Shojo conlleva a unas historias más basadas en los sentimientos que en lo fantástico, mientras que en el Shonen sucede al revés, prima lo fantástico sobre los sentimientos. Pero, ojo, que el Shojo signifique historias de sentimientos, no implica que sean historias sentimentales, ni mucho menos. Si bien el romance es uno de los temas más recurridos en este género, se presta más atención a la naturaleza del romance que la historia de amor en sí.
Una de las características que definen el Shojo Manga es su grafismo, totalmente diferente del Shonen. Es bien visible la utilización de múltiples recursos expresivos capaces de plasmar cualquier emoción que nos podamos imaginar, empleando para ello los fondos expresionistas, composiciones de páginas muy barrocas con la combinación de dibujos muy simples, etc... Una suerte de arte en el que todo vale, con tal de conseguir representar el efecto que se desea plasmar llegando a alcanzar cotas estremecedoras en algunos casos y otras que sorprenden por su simpleza pero con un efectismo capaz de ponernos la piel de gallina.
Y todo esto es quizás la característica más palpable de los Shojo Manga, capaz de hacer que sus historias vibren a través de un estilo aparentemente sencillo. Pero todo esto voy a dejar que lo comprueben por sí mismos. Y ahora voy a pasar a comentar esta obra, considerada según la introducción de Matt Thorn, el primer Shojo publicado en España (Aunque para mí en realidad fue Candy Candy, por parte de la editorial Bruguera). Esta es Promesa, de Keiko Nishi.
Promesa consta de dos pequeñas historias. La primera que da titulo al volumen, Promesa, trata de una estudiante de instituto, Reiko, aburrida de la vida, cuyas razones las podemos encontrar en la muerte de su hermano gemelo nada más nacer y las cuestiones de cómo habría sido su vida si su hermano viviera, además de la reciente muerte de su padre. Hasta que aparece un chico, Taro, que parece sacarle de su aletargamiento. Con la introducción de ciertos elementos fantásticos poco palpables, esta es una emocionante historia sobre el sentirse fuera de lugar en este mundo. Un tema sin desperdicio, ¿no?
La siguiente historia, Desde que te has ido, trata de un terremoto, un hombre casado con una mujer taciturna y su amante. Trata de un triangulo en la encrucijada de sus vidas.
Son estas dos historias que se mueven al compás de una música triste que parece alegrarse por momentos para luego seguir con la misma cantinela. Gráficamente son extremadamente simples (sin llegar al nivel de Shin Chan) pero con una serie de recursos expresionistas y gráficos que hacen la lectura de este albúm un momento tristemente delicioso.
Publicado en 1995 por Planeta dentro de su colección de nóvelas gráficas, te prometo que te gustará.
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